El Ojo
El ojo es un órgano sensorial muy importante, ya que casi la mitad de las impresiones sensoriales son sensaciones visuales.
El ojo está formado por el globo ocular y varias unidades de sujeción, movimiento y humectación. A su vez, el globo ocular consta de varias capas: la retina, la más interna de las membranas oculares, con millones de fotorreceptores (conos para la visión en color y bastones para la visión en blanco y negro), actúa como "receptor" sensible a la luz. Los ojos están constantemente sintonizados para rendir al máximo. Para lograr este rendimiento, hay que garantizar un alto requerimiento de energía y oxígeno, razón por la cual el ojo es el órgano con mejor riego sanguíneo. La retina, en particular, sólo puede mantenerse sana y cumplir sus funciones si recibe siempre suficiente sangre. Los micronutrientes llegan al ojo con la sangre. Los micronutrientes tienen que superar una barrera (barrera hemato-retiniana) para llegar al interior del ojo y a las células sensoriales sensibles a la luz (fotorreceptores y células nerviosas).
Durante el proceso visual, las células sensibles a la luz deben renovarse constantemente. La luz incidente desencadena procesos oxidativos en las células fotosensibles. Hay que eliminar las células muertas y crear células nuevas. El propio proceso visual, la luz UV, el proceso de envejecimiento, una dieta desequilibrada o la acumulación de productos de desecho metabólicos pueden alterar el equilibrio de especies oxidativas y nutrientes antioxidantes y provocar estrés oxidativo.
Con el proceso de envejecimiento, el suministro de células cambia, especialmente en el ojo. Por ello, a pesar de una dieta equilibrada y sana, la suplementación con micronutrientes específicos puede ser útil para el suministro normal de unos ojos sanos.
Un ojo bien provisto de micronutrientes se mantiene sano.